Estos
días, los medios de comunicación nos están bombardeando con varias noticias
nada halagüeñas. Ya sabemos que hay cosas que no van bien: la economía española
se resiste a despegar, la bolsa se resiste a subir, la prima de riesgo sigue
amenazando, no hay quien pare el paro (por muy paradójico que suene), y cosas
por el estilo. Pero ahora aparece otro nubarrón en el horizonte: la amenaza de
Irán de cerrar el estrecho de Ormuz.
Puede
que muchos piensen que el citado estrecho de Ormuz cae muy lejos y que por ello
a nosotros no nos afecta. Pero la cosa no es tan sencilla, ya que por dicho
estrecho sale el petróleo que procedente del Pérsico va a todo el mundo,
incluida nuestra España. Y por otra parte, España es uno de los principales
compradores europeos de crudo iraní, que según al Agencia Internacional de la
Energía, anda por los 196.000 barriles diarios; casi nada. En Europa, le siguen
Italia y Grecia que tampoco están muy boyantes. Además, España es uno de los
países europeos que más dependen del petróleo, sobre un 80%, frente a la media
europea que es de un 50%.
¿Y
todo esto porqué? Pues se debe a que ante la postura de Irán de seguir
enriqueciendo uranio, sabe Dios para que, la Unión Europea ha decido aplicar
nuevas sanciones contra el régimen iraní, entre las que se encuentra el embargo
petrolero a partir del próximo mes de julio, que para entendernos, quiere decir
que a partir de dicho mes dejaremos de comprarle petróleo. El aplazamiento
hasta julio es para que los compradores, entre los que está España, busquen
proveedores alternativos. Menos mal.
Pero
claro. Si Irán, que ya tiene un montón de problemas, ve que puede perder muchos
clientes, se enfada y amenaza con el cierre del cuello de botella que es Ormuz.
Y el anuncio del embargo y la amenaza de cierre del estrecho ya están teniendo
sus efectos: el precio del barril de Brent, que hace poco estaba sobre los 100
dólares, el lunes 23 de enero superó los 110, y ya veremos que pasa mañana o
pasado.
Si
ahora que estamos intentando salir de la enorme crisis económica en que hemos
caído, se nos viene encima una drástica subida del precio del petróleo, o lo
que puede ser peor, una crisis de petróleo como otras que ya hemos padecido,
entonces si que las cosas se van a poner negras. Más negras que el dichoso petróleo.
En
fin; lo dicho: lo del estrecho de Ormuz es un asunto preocupante. Y si a causa
de su cierre se organiza una guerra… ¡Para que les voy a contar!
Marcelino
González
Cuanta razón tienes Marcelino, el asunto se pone muy feo y para nosotros que estaremos en recesión será peor que para otros. Además el escenario puede empeorar pues crece el riesgo de producirse un nuevo conflicto en la zona.
ResponderEliminarCreo que desde el punto de viste internacional además puede tener otras consecuencias.
Es muy posible que esta crisis se mantenga estable hasta el verano y evolucione a peor después y es muy probable que esté en pleno apogeo durante las elecciones presidenciales USA y llegue a ser determinante en la elección del futuro presidente.
Si los democratas pierden las elecciones creo que el riesgo de conflicto USA-Irán podría aumentar.
Pero hemos de pensar en positivo y pensar que hasta los ireníes pueden ser razonables y que el asunto no vaya a mayores.
Siendo optimista, quiero pensar que Irán está echando un órdago para ver hasta donde puede llegar, y por ello no creo que pase de las amenazas. Bajo mi punto de vista tiene mucho que perder y poco que ganar. Pero con esta gente nunca se sabe.
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